La apuesta de Samsung por la inteligencia artificial en el ámbito de la tecnología sanitaria marca un punto de inflexión en la manera de diagnosticar, colaborar y proteger la información clínica. Su división de Health & Medical Equipment (HME) centra su estrategia en tres pilares: diferenciación tecnológica, liderazgo en IA y mejora tangible de los resultados para los pacientes.
IA que crea valor clínico real
En el campo de la ecografía, los algoritmos de visión y machine learning permiten estandarizar mediciones, reducir tiempos de exploración y aumentar la precisión de los informes médicos. La inteligencia artificial no sustituye al criterio del especialista, pero sí lo complementa, optimizando desde la adquisición de imágenes hasta el postprocesado. Además, ayuda a formar a profesionales menos experimentados, guiando los pasos y mejorando la calidad del trabajo en tiempo real.
Ultrasonidos y radiología digital: del quirófano a la consulta remota
La innovación se concentra en los ecógrafos de última generación y en la expansión hacia la radiología digital. Estas soluciones incorporan:
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Asistencia en tiempo real, con cálculos automáticos y guías anatómicas.
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Optimización de la imagen con IA, que reduce artefactos y mejora la visibilidad en tejidos complejos.
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Colaboración conectada, permitiendo revisiones y segundas opiniones en línea.
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Nuevas aplicaciones, tanto en diagnóstico cardiovascular como en veterinaria.
Interoperabilidad y telemedicina: la IA como tejido conectivo
La combinación de IA y conectividad habilita flujos de telemedicina más maduros: transmisión segura de estudios, paneles de revisión remota y equipos compartidos entre diferentes localizaciones. La interoperabilidad mediante estándares como DICOM o FHIR garantiza que los algoritmos mantengan su desempeño y que los historiales electrónicos puedan integrar métricas derivadas de IA sin fricciones.
Ciberseguridad sanitaria y cumplimiento normativo
La digitalización de la imagen médica exige reforzar la seguridad. Entre las recomendaciones clave destacan:
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Defensa en profundidad con redes segmentadas y políticas de zero trust.
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Gestión de identidades con autenticación multifactor y privilegios mínimos.
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Cifrado de datos en tránsito y en reposo, asegurando integridad de las imágenes.
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Gobernanza y privacidad conforme al RGPD y regulaciones locales.
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Gestión de vulnerabilidades con inventarios actualizados y monitorización frente a ransomware.
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Resiliencia operativa mediante copias inmutables y planes de respuesta a incidentes.
Colaboraciones que aceleran la validación clínica
Samsung trabaja junto a hospitales y universidades para validar herramientas, estandarizar prácticas y formar a profesionales. Este ecosistema garantiza que las soluciones de IA no se queden en prototipos, sino que se conviertan en resultados clínicos reproducibles.
Conclusiones y recomendaciones
La inteligencia artificial aplicada a la imagen médica ya está ofreciendo beneficios claros: diagnósticos más rápidos, flujos de trabajo eficientes y acceso remoto a experiencia especializada. Sin embargo, para maximizar su impacto, las organizaciones sanitarias deben acompañar la adopción tecnológica con:
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Marcos de seguridad robustos y auditados regularmente.
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Evaluaciones clínicas y de sesgo algorítmico.
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Estrategias de interoperabilidad y escalabilidad desde el diseño.
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Indicadores claros de precisión, tiempos y satisfacción del paciente.
En definitiva, la salud digital no se trata solo de dispositivos más potentes. Se trata de IA confiable, datos protegidos y procesos seguros. Quienes logren alinear innovación clínica con ciberseguridad estarán en mejor posición para fortalecer la confianza de los pacientes y aumentar la eficiencia del sistema sanitario.