Microsoft y la compensación energética de la inteligencia artificial
La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta poderosa en el mundo moderno, generando no solo avances tecnológicos, sino también preocupaciones ambientales significativas. Una de las principales inquietudes es el elevado consumo energético asociado con el entrenamiento y uso de la IA, que ha llevado a interrogantes sobre cómo las empresas tecnológicas van a mitigar este impacto negativo. En este contexto, Microsoft ha decidido emprender una notable iniciativa: reforestar el Amazonas.
El consumo energético de la IA: un problema creciente
El gasto energético en el ámbito de la IA no es un tema nuevo. Según datos de 2022, los centros de datos alrededor del mundo consumieron aproximadamente 460 teravatios-hora (TWh), representando cerca del 2% del total de electricidad en uso a nivel global. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que este consumo se elevará a 1.000 TWh para 2026, lo que sería equivalente al consumo energético total de Japón. Para poner estas cifras en perspectiva, las criptomonedas, que también son conocidas por su alto consumo energético, se estima que consumirán alrededor de 160 TWh en 2026.
La situación ha llevado a muchas empresas tecnológicas líderes a considerar inversiones en fuentes de energía más sostenibles, como centrales nucleares, para abastecer sus centros de datos y cumplir con la creciente demanda de energía.
La respuesta de Microsoft: un compromiso con el medio ambiente
Microsoft se encuentra en el centro de esta conversación sobre la sostenibilidad energética. En 2023, la huella de carbono de la compañía alcanzó las 17 millones de toneladas de CO2, un alarmante 40% más que en 2020. Para hacer frente a este problema, Microsoft ha estado compensando su consumo de energía mediante el uso de energías renovables, y la compra de créditos de carbono de otras entidades. En los últimos años, ha adquirido cientos de miles de toneladas métricas de créditos de carbono de diversas entidades, incluyendo una subsidiaria de Occidental Petroleum y un banco brasileño.
Sin embargo, lo que ha llamado la atención recientemente es su compromiso a largo plazo con la reforestación del Amazonas. Microsoft ha decidido comprar 3,5 millones de créditos de carbono durante los próximos 25 años a la empresa brasileña re.green. Cada crédito de carbono equivale a una tonelada métrica de CO2. Aunque las cifras exactas no se han hecho públicas, Financial Times ha estimado que la transacción podría ascender a unos 200 millones de dólares.
Detalles del acuerdo de reforestación
Este acuerdo se suma a un compromiso previo que Microsoft hizo en mayo de 2024, cuando firmó un acuerdo inicial con re.green para reforestar 15.500 hectáreas. El nuevo acuerdo, que incorpora 17.500 hectáreas adicionales, eleva la cantidad total de terreno a reforestar a 33.000 hectáreas. Para contextualizar, esta superficie es equivalente a tres veces el tamaño de la ciudad de París o 100 veces la extensión de Central Park en Nueva York.
Desde la firma del primer acuerdo, re.green ha comenzado a hacer avances significativos. Se han plantado 4,4 millones de semillas de 80 especies nativas en 11.000 hectáreas de áreas degradadas o abandonadas en el Amazonas y en el Bosque Atlántico. Aunque estas iniciativas son encomiables, el desafío es monumental. La Amazonía abarca 850 millones de hectáreas, y entre 2001 y 2020, se perdieron 54,2 millones de hectáreas, lo que pone en perspectiva el impacto de los esfuerzos de reforestación.
Un cambio en la narrativa ambiental
Es importante notar que esta iniciativa de Microsoft se produce en un contexto político complejo. El enfoque del gobierno de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump contrastó fuertemente con las acciones de Microsoft. Trump sacó a EE. UU. del Acuerdo de París y promovió una «emergencia energética nacional» que priorizaba la producción de combustibles fósiles, lo que representa un marcado desacuerdo con la dirección sostenible que Microsoft ha decidido tomar.
La huella ecológica de Estados Unidos es igualmente alarmante. Si toda la población mundial viviera con el mismo nivel de consumo que los estadounidenses, se requerirían 4,9 planetas para sostener tal demanda. Solo los Emiratos Árabes Unidos superan este número, necesitando 5,8 planetas para satisfacer su estilo de vida.
Fuente: Xataca